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Hace ya casi dos semanas estuvimos Teo y yo en el Día Garum organizado por la Garum Fundatio. La jornada se celebraba en la Biblioteca de la Universidad de Deusto, que está situada junto al Museo Guggenheim, que tiene unas vistas impresionantes del museo. Todos los vídeos de las intervenciones están disponibles; abajo incluyo enlaces a cada una de las presentaciones.
La primera de las intervenciones fue la de Vinton Cerf, que la realizó en vídeo. Cerf destacó temas como la neutralidad de la red, y su importancia para que los emprendedores puedan competir en el mercado con los peces más gordos, y tengan una oportunidad de salir adelante. La conferencia no estuvo mal, aunque era a primera hora de la mañana, y a través de vídeo grabado con una webcam, así que por momentos costaba seguir el hilo.
Pero ahí llego Douglas Rushkoff dispuesto a despertarnos. En su intervención repasó todos los temas incluidos en su último libro, Program or be programmed. El discurso estuvo muy en la línea "ciberpunk", y analizó que muchas decisiones sobre cómo funciona el mundo no son inocentes, sino que sus diseñadores las tomaron para favorecerse a ellos mismos. Por ejemplo, tocó el tema de las divisas. ¿Por qué cada país tiene su moneda cuando se podría crear una divisa global que funcionara solo por las decisiones del mercado y sin intervenciones externas? David de Ugarte inició un debate interesante en su blog. Después de todo, si defendemos la libre circulación de personas, mercancías y capitales, sin trabas, fronteras, aduanas, ¿qué sentido tiene usar divisas diferentes? Está claro que en la manera en la que funciona el mundo actual, las divisas diferentes juegan un papel fundamental. ¿Como iba a China a fabricar para el resto del mundo a precios tan baratos si no es manteniendo a su país con una divisa con poco valor? En la Unión Europea tenemos un ejemplo del uso de una moneda común, que aunque algunos la culpen de maniatar a los países pobres europeos para responder a la crisis financiera, la realidad es que ha fomentado la transferencia de riqueza desde el corazón de Europa hacia la periferia, y ha aplanado las desigualdades dentro de la Unión.
A continuación habló Michel Widenius, para contar su experiencia en la creación de MySQL. La conclusión principal fue un consejo que puede ser vital si eres emprendedor: huye del capital externo, inversores y otros tiburones hasta que tu idea no esté desarrollada y sean imprescindibles para seguir creciendo.
Curiosamente, los capitalistas de fondos de capital riesgo e incubadoras aconsejan todo lo contrario, acudir tan pronto como sea posible, aunque tu idea para emprender sean todavía dos folios y un diagrama. Según ellos, el emprendedor debe abandonar la idea romántica de hacer lo que le gusta, y plegarse a las exigencias de los inversores, que son quienes saben cómo hacer dinero. Una idea de la que parecían orgullosos era la pre-incubación, que básicamente consiste en disuadir a emprendedores con ideas que es probable que vayan a fallar, para convencerles y que hagan realidad otra idea, incluso si no es lo que les gusta y en principio no quieren hacerla. Escribí a Gerardo Tobías preguntándole sobre este tema; quería saber cuántos emprendedores cuya idea había sido rebatida volvían a intentarlo. Pero no me ha respondido todavía después de un par de semanas.
La idea detrás de la pre-incubación es que las tasas de fallo de los emprendedores sean más bajas. Es decir, se evita el riesgo de emprender si no se está seguro que lo que se va a iniciar va a acabar en buen puerto. Nefasta idea. Pero, ¿qué es si no emprender? ¿no consiste en intentar innovar, crear negocio, asumiendo un riesgo, haciendo algo que no ha hecho nadie antes, encontrar un nuevo mercado? ¿No se trata de huir del yugo del trabajo por cuenta ajena para tener ser dueños de nuestro propio destino? ¿No se trata de intentarlo una y otra vez hasta conseguirlo?
Querer eliminar el riesgo y la componente "lúdica" del emprendimiento es caminar hacia una meta-empresa industrial, que ya no tiene trabajadores, sino que tiene emprendedores, pero un tipo particular de emprendedores, que son obedientes y no salen del redil, y que se pliegan al dueño del capital para hacer lo que éste dice que hay que hacer. Ya no fabrica tornillos, sino que fabrica empresas, todas iguales, una detrás de la otra, para venderlas o sacarles el jugo como puedan. No digo que esté mal ganar dinero. Cada uno hace con su dinero lo que quiere. Pero por favor, que no lo vendan como emprendimiento. El emprendedor es un hácker, no puede no hacer lo que le gusta, porque entonces deja de ser emprendedor. Hacedle caso a Michel, y usad a los tiburones solo cuando sea imprescindible, no los involucres en tu empresa hasta que no tengas más remedio.
Luego vino Rudy Rucker, padre del ciberpunk, con una charla titulada "Selling yourself", que desde luego fue lo que hizo. La charla no fue el mejor ejemplo de oratoria. No sé si estaba enfermo, dormido, o ambas cosas. Tosía de una manera que yo pensaba que se iba a quedar tieso en cualquier momento sobre el atril. Pero la charla me dio a descubrir algunos de sus libros que no conocía, y que ya tengo marcados para leer.
La jornada la cerró José Ignacio Goirigolzarri, con un discurso emotivo, lleno de esperanza y de oportunidades si estás pensando en iniciar una empresa.
Así que el veredicto final es división de opiniones. Espero que los asistentes más jóvenes no se dejarán engatusar por los cantos de sirena de los capitalistas de fondos e incubadoras, y que salieran convencidos de que no merece la pena ceder el timón de tu vida y vender tu libertad por un sueldo.